sábado, 22 de agosto de 2009

DORMIR SOLA SOLITA


zoeregoczy





cuando era chiquita, durante todo eso que duró mi infancia, tuve terror de la oscuridad, de los duendes y de los muñecos asesinos y de los fantasmas y de los nenucos malditos y babeantes y de las barbies que se despiertan a media noche para asesinar a las niñas que les cortan el pelo y de los platos que caen y se rompen por sí solos...

así viví mi niñez, con el ruido extenuante del ventilador, porque con edredon y 2 cobijas cubiendome desde la punta de la cabeza ala punta del pie dormia con calor en la noche, pues se supone que si me tapo la cabeza con la cobija, soy inmune a todas esas cosas tan feas... (en realidad eso todavía lo creo, la negación ha formado parte de las patologías de mi familia durante generaciones)

ya crecí, eso es fácil

todos esos miedos que me consumían debajo de mi cobija se van transformando y recuerdo a veces hasta con ternura todas las cosas que antes me parecían tan reales como los chococrispis que me desayunaba tras esas noches tan malas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

jeje uno se vuelve insensible, ese es el problema..

la costumbre del miedo se vuelve rutina y le perdemos respeto a los duendes, los nenucos y las barbies

nunca es bueno confiarse, uno nunca sabe que día salgan del closet llenos de ira por haberlos encerrado tantos años en un cajón